Mostrando entradas con la etiqueta Juan Esparza Rodríguez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Esparza Rodríguez. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de mayo de 2013

Tal día como hoy: 1999. Luis Fernando Sánchez se lleva la Oreja de Oro


La Oreja de Oro – cuenta Verduguillo – nace internacionalmente como una promoción organizada por El Universal Taurino, en la década de los veinte del pasado siglo y para su concesión, la afición votaba mediante cupones adheridos a la publicación, por el diestro al que consideraba el triunfador de la temporada en la plaza El Toreo de la Condesa. Los toreros más votados eran integrados en un cartel en el cual, se disputaban el trofeo, que se otorgaba al triunfador de esa tarde. 

Con el tiempo, la asociación sindical de los matadores de toros – bajo las distintas denominaciones que ha llevado en su historia – consideró que la disputa del trofeo en una corrida integrada por los triunfadores de la temporada capitalina podía ingresar fondos a sus arcas y la disputa de la Oreja de Oro se transformaba en un digno cierre de esos seriales de corridas, porque se compendiaba en ese festejo un triunfal resumen del mismo.

En los tiempos actuales la corrida de la Oreja de Oro no se celebra en la Ciudad de México y sí en cambio en varias plazas de importancia de la República y es más bien un festejo de oportunidad en el que se pretende ofrecer un escaparate a diestros que pudieran resultar rescatables y que poco torean.

En 1999 se anunció para disputarla a Fermín Espinosa Armillita, Luis Fernando Sánchez, Enrique GarzaÓscar San Román, Mario del Olmo, Fernando Ochoa y Alfredo Gutiérrez. El encierro sería una bien presentada corrida de don José Julián Llaguno. Al final, Armillita no actuó y fue sustituido por Jerónimo, que intervino en séptimo lugar.

La relación que del festejo hizo don Juan Esparza Rodríguez, destaca lo siguiente:

Luis Fernando ganó la Oreja de Oro. Ante un encierro con dificultades, casi ilidiable, pero bien armado del campo bravo zacatecano de José Julián Llaguno, siete espadas mexicanos participaron en el último festejo del serial taurino 99. Se trataba de la corrida de la “Oreja de Oro”, presea que a la postre obtuvo el aguascalentense Luis Fernando Sánchez al ser el único en haber cortado oreja... El festejo transcurrió entre el interés de los parroquianos que hicieron un cuarto de entrada en la Plaza de Toros Monumental de Aguascalientes, gracias a la amenaza de las cornamentas de los bichos, pero el cartel no atrajo multitudes no obstante estar anunciados Luis Fernando Sánchez, Enrique Garza, Óscar San Román, Mario del Olmo, Fernando Ochoa, Alfredo Gutiérrez y Jerónimo, pero habrá que reconocer que no hubo espada conformista, cada uno luchó por lucirse, triunfar y ganar la codiciada presea áurea... Se ordenó que apareciera el primero de don José Julián Llaguno, se trató de un bicho veleto, bien armado y astifino que no permitió lucimiento con la capa a Luis Fernando Sánchez... Se llegó el momento de la faena y tras unos muletazos, el torero se hizo del burel y si se había llevado mucho tiempo y mucho empeño en prepararse para torear dentro del serial y nada más por una tarde en la corrida de la “Oreja de Oro”, entonces a demostrar... plantó bien los pies en la arena sin preocuparse de alguna otra cosa y consiguió derechazos valiosos, anduvo entre aquellos alfileres y ofreció ayudados llenos de temple; bien estuvo al torear por naturales y terminó con tandas de derechazos entre los olés de la concurrencia; con determinación entró a sepultar la espada. Pronto el acero hizo destrozos en “Orgulloso” y el bicho se entregó al cachetero. Fuerte petición de oreja que atendió Usía y llegó como premio un apéndice... El matador de toros Manolo Arruza, acompañado por el también torero César Pastor salió al ruedo con la “Oreja de Oro” en la mano diestra, se dirigió en forma directa hacia Luis Fernando para entregarle el trofeo... No faltaron los entusiastas que en hombros se llevaron a Luis Fernando para pasearlo por el ruedo, mientras que de las alturas llegaban las notas de la nostálgica “Golondrina” interpretada por la Banda Municipal...

En esta oportunidad no fue necesario recurrir a la aclamación popular, el hecho de que haya cortado la única oreja del festejo, le hizo acreedor al trofeo en disputa.

El festejo de hoy: Novillos de Real de Saltillo - originalmente de Claudio Huerta - para Antonio Lomelín, Javier Castro y Antonio Mendoza. Los novilleros actuantes se disputan la Oreja de Plata, conjuntamente con los anunciados para el día 24 de abril.

domingo, 5 de mayo de 2013

Tal día como hoy: 1996. El arrollador triunfo de José Luis Bote


Durante los años noventa era casi mandatorio que dentro de nuestra Feria de Abril se incluyera una corrida en la que, patrocinando una firma tabacalera, se presentara Eloy Cavazos, generalmente dando cierre a la serie de festejos. Era un tiempo en el que había decidido dosificar sus actuaciones, así que solamente se presentaba esa tarde en el año y garantizaba a la empresa organizadora y a sus patrocinadores, un lleno absoluto en los tendidos.

Otra característica que tenían esas corridas, era que Eloy Cavazos llevaba consigo en el cartel a algún diestro que, con pocos contratos, decía que quería ayudar – aunque la realidad es que esperaba que no le apretara – y además generalizó la costumbre de poner por delante a un rejoneador que abriera el festejo y así de esa manera, no tener él que lidiar el primer toro de la tarde. En esta oportunidad, Cavazos no venía con el numerito del caballito y el diestro ayudado era el madrileño José Luis Bote, quien después de sufrir serios percances en Madrid, intentaba relanzar su carrera en los ruedos. Completó la tercia Alejandro Silveti, para enfrentar toros de José Garfias.

En la fiesta las cosas tienden a producirse de una manera diferente a la que está proyectada. Quizás la inclusión de Bote en el cartel tenía la intención de ayudarle a empezar a recuperar el sitio perdido, pero nunca nadie se imaginó lo que sucedería ese 5 de mayo de 1996 y las consecuencias que traería. 

La crónica del festejo la escribió don Juan Esparza Rodríguez, encargado ya para esas fechas de la sección taurina de El Sol del Centro y en su día, narró lo que sigue:

José Luis Bote, 2 rabos en la corrida de clausura. José Luis Bote, 2 rabos al presentarse en Aguascalientes. En aquellos viejos tiempos cuando las corridas de la verbena abrileña eran ofrecidas al público en la hoy centenaria Plaza San Marcos, hubo toreros españoles que en la tarde de su presentación llegaron a triunfar ruidosamente, los viejos aficionados recordarán sin duda aquella tarde en la que Luis Miguel, en mano a mano con el aguascalentense Alfonso Ramírez “Calesero” los enloqueció, fue un 25 de abril de 1956, en que se jugó un encierro de Ramiro González... Si el lugar se le debe dar al triunfador de la última corrida del serial de la verbena abrileña, por delante debe ir la actuación del español José Luis Bote, quien con “Curtidor” prendió el entusiasmo al torear por verónicas, ya con la muleta, estatuarios, bien estuvo con la mano diestra en las cuatro tandas que armó, pero cada una de ellas rematadas con gallardía, con alta clase, sus muletazos de cabeza a rabo llevaban el sello de José Luis Bote y claro que también el muletazo de pecho; agregó cuatro ceñidas manoletinas y como dejó estocada mortal por necesidad, llegó el premio, ahora sí que mayor, mismo que mucha falta le hacía a la historia del serial del año 1996 y que Usía no lo pensó dos veces, para pronto despachar la orden de que a las manos del español fueran entregadas las orejas y el rabo... Salió “Remolón” y al atacar al de aúpa se despitorró desde la cepa, por lo que hubo necesidad de regresarlo y vino “Andariego”, un cárdeno de Arroyo Zarco con el que Bote nada ofreció con la capa, pero tras de doblones de mando, rompió el burel y el torero español armó su faena con la mano diestra, tandas cortitas, pero eso sí, gallardamente rematadas; por allí regaló una tanda de cuatro naturales buenos, mucho mejor el de pecho; la estocada y salieron como tapón de sidra las orejas y el rabo... Cabe señalar que a hombros, los capitalistas no nada más le dieron la vuelta a Bote, sino que en esa forma se lo llevaron por el pasillo que da hacia la puerta de salida...

José Luis Bote vistió en esta corrida el terno blanco y oro que llevaba la tarde del 17 de mayo de 1992 en Madrid, cuando un toro de Alonso Moreno de la Cova le causó una serie de lesiones que hicieron pensar su fin en los ruedos. El triunfo obtenido le abrió las puertas de las plazas de México y le facilitó el retorno a Las Ventas de Madrid, donde tuvo ocasión de demostrar que no estaba liquidado como torero.

El festejo de hoy: Ganado de Campo Real para Eulalio López Zotoluco, Sebastián Castella y Arturo Macías.

miércoles, 24 de abril de 2013

Tal día como hoy: 1998. José Tomás y Saleroso de Vistahermosa


Es la tarde del 24 de abril de 1998 una de las más importantes que José Tomás haya vivido en la Plaza Monumental Aguascalientes. En actuaciones anteriores había tenido la ocasión de dejar atisbos de su calidad artística, pero sin contar con la posibilidad de redondear una actuación correspondiente a la leyenda que entre nosotros ya se había forjado al ir construyendo su carrera en los ruedos, principalmente en la Plaza de Toros San Marcos. En ese estado de cosas, la tercera corrida de la feria de 1998 se programó con toros de Vistahermosa para Guillermo Capetillo, Jorge Gutiérrez y José Tomás.

Tuve la oportunidad de asistir a ese festejo y ante una entrada que pudiera calificarse de pobre, José Tomás – vestido de purísima y oro – se mostró con una mentalidad y una preparación diferente a la que hayamos podido apreciar aquí en algún torero. Y es que preparaba el asalto a la cumbre que culminaría en Madrid el 28 de mayo de ese mismo año, motivo por el que cada tarde y cada toro previos a esa cita eran un capítulo más en su preparación para esos trascendentes compromisos.

De la crónica publicada en El Sol del Centro al día siguiente del festejo, sin firma, pero atribuible a don Juan Esparza Rodríguez, encargado ya en esos días de esos menesteres en el diario, extraigo lo que sigue:

José Tomás bordó el toreo de clase y cortó dos orejas. Gran estocada de Gutiérrez que dejó patas arriba a “Lucero”. Capetillo salió del compromiso. Poca gente en los tendidos para un 24 de abril. Salió el colorado “Saleroso”, que no lo fue tanto, pero que sí tuvo clase y permitió a José Tomás lucirse al torear con capa y muleta para luego coronar la actuación con la espada y pasear por el ruedo de la Monumental de Aguascalientes las 2 orejas, hubo arrastre lento para los despojos del astado de Vistahermosa... Podrán los inconformes sostener que “Saleroso” fue un bicho cornigacho y tirando a cubeto, o sea que no ofrecía gran peligro, pero cuando en la faena de muleta trató de que José Tomás se quitase o bien diera un paso atrás, le faltaron más de esos al astado para conseguir su objetivo, ahí inmóvil como estatua permaneció el torero y claro que terminó por obligar al vertebrado a embestir... Pero desde que se abrió de capa fue para ofrecerle a los paganos un recital de lo que es torear con clase a la verónica: brazos desmayados, bajos y llevando embebido al cornúpeta... Fue suficiente un puyazo, entonces José Tomás realizó un quite por principescas chicuelinas, todo era girar las plantas de los pies en un palmo de terreno... Un muletazo por alto, un firmazo hermoso, otro por alto y uno más de la firma, para luego uno hondo trincherazo y el júbilo de los asistentes al magno coso... Tanda de derechazos, eran muletazos aterciopelados... El engaño a la mano izquierda y la faena en el mismo lugar del ruedo de la Monumental... Naturales lentísimos, se podría decir que en cada uno de ellos el tiempo se detenía y al rematar con el de pecho, era un muletazo que iniciaba el 24 de abril para terminarlo el día siguiente... Habrá aficionados que recordarán aquellas verónicas, otros las quietísimas y sedeñas chicuelinas, no faltarán los que se queden con los circulares y todos recordarán aquellos templadísimos naturales, pero habrá algunos que se quedarán con aquellos casi eternos muletazos de pecho... La estocada, tardó en entregarse “Saleroso”, pero estaba herido de muerte y por fin se entregó...

Yo coincido en alguna medida con la relación de don Juan. Efectivamente Saleroso era de escaso trapío por su poca cara, muy justo de fuerza y soso, aunque precisamente podría ser en esas características negativas del toro que residiera el valor de la obra del torero, pues tuvo que ponerlo todo para capturar la atención de la asistencia a la plaza. También recuerdo que una estocada algo desprendida – y que provocó que Saleroso tardara en doblar – le privó quizás de cortar un rabo que seguramente nadie hubiera protestado.

El resto de la corrida participó de los mismos defectos de Saleroso, fue débil, sosa y de pobre presencia. De allí que como señala la cabeza de la crónica que me sirve para apoyar esta remembranza, aparte de la faena de José Tomás, únicamente se pueda traer también al recuerdo una gran estocada de Jorge Gutiérrez al segundo de la tarde.

El festejo de hoy: Novillos de Claudio Huerta - originalmente de Real de Saltillo - para Ricardo Frausto, Nicolás Gutiérrez y Diego Emilio. Los novilleros actuantes se disputan la Oreja de Plata, conjuntamente con los anunciados para el día 10 de mayo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Tal día como hoy. 1998: Fernando Ochoa se lleva la Oreja de Oro


El trofeo de la Oreja de Oro nació como una promoción que organizaba el semanario El Universal Taurino en la década de los veinte del pasado siglo, para que la afición escogiera mediante su voto directo, plasmado en cupones que se contenían en los ejemplares de esa publicación y los toreros más votados eran integrados en un cartel de triunfadores de la temporada de la Capital de la República. El mejor de ese festejo, se llevaba el trofeo que fue ideado y promovido por periodistas de la talla de Rafael Solana Verduguillo y Carlos Quirós Monosabio.

Posteriormente, la asociación sindical de los matadores de toros, bajo las diferentes denominaciones que ha tenido en su devenir histórico, adoptó la organización del festejo, originalmente con la idea de reunir en él a los más destacados de la temporada de la plaza grande de la Ciudad de México y así allegarse fondos para cumplir con sus deberes gremiales. Al paso de los años, sin perder esa dirección en su organización, el festejo se ha llevado a otras plazas de la república, aunque sin la participación de los toreros más destacados del momento, sino más bien como un festejo de oportunidad para diestros con poca actividad.

No obstante, el tono de la Oreja de Oro del año 1998 fue diferente. En aquella oportunidad la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos logró reunir a varios toreros de gran renombre y así, el rejoneador Gerardo Trueba y los matadores Eloy Cavazos, Alejandro Silveti, José María Luévano, Guillermo Capetillo y Fernando Ochoa enfrentarían un encierro de De Santiago, una de las ganaderías más encumbradas en ese momento, para disputarse el áureo trofeo.

La tarde tuvo dos toreros que se llevaron dos orejas en la espuerta. El primero fue Alejandro Silveti, quien las cortó al toro Piropo, tercero de la tarde, en tanto que Fernando Ochoa lo hizo a Gandinguero, sexto de la jornada. Por su parte, Eloy Cavazos obtuvo una oreja del segundo de la tarde, Toledano.

La crónica de don Juan Esparza Rodríguez refiere también un hecho notable. Tres toros recibieron honores a sus despojos. El primero de ellos en ser arrastrado con lentitud fue Toledano, el toro al que Eloy Cavazos le cortó una oreja, tras de que en un hecho inusitado, lo pinchó en el primer intento con la espada; después, Piropo, el que desorejó Alejandro Silveti, también recibió el mismo homenaje. Aparte Gandinguero, el que cerró plaza, fue premiado con la vuelta al ruedo. El relato de la lidia de este toro, es el siguiente:

Fernando Ochoa, de berenjena y oro, con corbatín y faja en verde, recibió al que cerraba plaza con unas morelianas, fuerte respuesta recibió del público y más al rematar con una serpentina; agregó por ahí tres chicuelinas y remató con una larga cordobesa... De hinojos y en los medios se colocó Ochoa, angustioso resultó el pase, pero luego en los primeros muletazos se lució con finos pases de la firma y un cambio de mano, estupendo preludio para lo que vendría después, una larga tanda de derechazos, templados, de ese bien torear del espigado torero; la muleta a la mano izquierda, el mismo temple, pero en el último muletazo ahora sí que fue en cámara lenta, el preparado de pecho barriendo los lomos del cornúpeta... un trincherazo y los ayudados otra vez, largos, templados, como si la muleta fuera un hilo de seda, así llevaba Ochoa a “Gandinguero”... no faltó el molinete, pero el lento, para continuar con más derechazos, el remate por alto y agregar el de pecho, agregar unas manoletinas, la arrucina, un desdén y la estocada... los mulilleros debieron llevarse los restos del pupilo de don Pepe Garfias hacia el destazadero, pero antes debieron darle la vuelta al ruedo al cornudo; entonces sí Ochoa a recorrer el anillo, una vuelta al ruedo la dio acompañado del hijo del criador de toros de lidia...

La Oreja de Oro se concede por aclamación popular. En este día, la concurrencia a la Plaza Monumental, que hizo una entrada cercana al lleno, decidió que el trofeo era para el michoacano avecindado en Aguascalientes, Fernando Ochoa.

El festejo de hoy. 13ª corrida de feria: 6 de La Venta del Refugio para Antonio Barrera, Fabián Barba y Mario Aguilar.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Tal día como hoy. 1993: Arturo Gilio se impone a un duro encierro de Reyes Huerta


El anuncio de la Feria de 1993, con la leyenda: corrida sorpresa...
El festejo que cerró la feria de 1993 tuvo algunos ingredientes poco usuales. Primero, cuando se hizo el anuncio de los carteles de la feria, antirreglamentariamente se dejó la fecha apartada y el cartel en blanco, solamente con la leyenda de corrida sorpresa, sin siquiera indicar la procedencia de los toros que se lidiarían ese día, para después, conforme avanzó el serial, con cierta visión empresarial, integrar en el mismo a los toreros que fueron destacando en éste, considerando que su intención era ofrecer lo que por aquí se conoce como la corrida del toro, no tanto porque se lidie en ella al toro con edad, peso y trapío inusitados, sino porque cada uno de los espadas lidia uno solo y generalmente para redondear un determinado número de fechas en una feria o temporada determinados.

En esta oportunidad, el cartel se conformó con el rejoneador potosino José Antonio Hernández Andrés, quien enfrentaría un toro de la ganadería de su hermano Jorge y los matadores de toros Zotoluco, Luis Fernando Sánchez, David Bonilla, Héctor de Granada, Teodoro Gómez y Arturo Gilio, quienes saldrían a lidiar una corrida de don Reyes Huerta.

La corrida de don Reyes, de acuerdo con la crónica publicada sin firma en El Sol del Centro al día siguiente del festejo, pero presumiblemente de la autoría de don Juan Esparza Rodríguez, quien se encargó de esa tribuna tras de la retirada de ella de don Jesús Gómez Medina, refleja que estuvo compuesta por seis prendas, que únicamente permitieron a los toreros exhibir su mayor o menor rodaje y solamente fue el más joven de la sexteta de toreros de a pie, Arturo Gilio, el que materialmente arrancó una oreja al que le tocó en suerte, en tanto que un diestro de Aguascalientes, muy querido por la afición, el Chato David Bonilla, se fue a la enfermería con un tobillo fracturado y Héctor de Granada se llevó por su parte una buena paliza.

De la descripción de la actuación de Arturo Gilio, entresaco lo siguiente:

Aunque correspondió al centauro abrir el festejo, habrá que ocuparse uno en primer término del desempeño que tuvo el diestro lagunero Arturo Gilio frente a “Guapito”, marcado con el número 46 en los costillares y de 473 kilogramos; Arturo, vestido de negro y oro, entusiasmó a los espectadores al torear por verónicas... se encargó de adornar a su socio, el tercer par fue el mejor colocado, pero el lagunero en todos recibió el agradecimiento de una concurrencia que registró bastante menos de media entrada... “Guapito” resultó ser un buen zurdo, por el lado derecho no nada más era malo, sino hasta con mucho peligro; lo anterior lo comprendió Gilio, quien se tuvo que dedicar a ofrecer una faena izquierdista, en la que hubo tandas de bien ejecutados naturales... de mucha calidad y temple... el remate de la labor fue con un farol... premiado con cerrada ovación y música... y a tirarse a matar, un pinchazo y luego la estocada. Como premio, una oreja...

Decía antes que David El Chato Bonilla se fue a la enfermería con un tobillo fracturado, don Juan Esparza describe el trance así:

...La faena de muleta la inició Bonilla con muletazos por alto, una tanda de ayudados, luego a torear con la izquierda; un molinete y dos buenos derechazos en la siguiente tanda para rematar con el de pecho; insistió en torear por ayudados; intentó dar más con la mano izquierda y ya no respondió por ese lado “Bordador”, no había más tiempo para desperdiciar, la muleta a la derecha, resbaló David y el toro fue por su presa, no le pegó la cornada, pero el golpe le fracturó el tobillo izquierdo a Bonilla...

También Héctor de Granada pasó su quinario, en al faenar al cuarto de lidia ordinaria, quinto de la tarde, le sucedió lo siguiente:

...cuando el diestro trataba de demostrar que él se había impuesto, en unos muletazos de pitón a pitón, “Payaso” lo alcanzó en la parte inferior interna del muslo izquierdo... todo quedó en el daño a la taleguilla en grana y azabache. Héctor rodó hasta quedar fuera de la zona de peligro, pero aún se llevó otro susto y tuvo que hacer gala de piernas, “Payaso” estaba decidido a cobrarse con creces cada muletazo en que su acometida había sido burlada...

Por los demás actuantes, por sus fallos con la espada, Zotoluco solamente saludó desde el tercio al igual que Luis Fernando Sánchez, en tanto que el moreliano Teodoro Gómez veía silenciada su labor. El caballero en plaza José Antonio Hernández Andrés fue aplaudido tras de su actuación.

El festejo de hoy. 12ª corrida de feria: 6 de Corlomé para Óscar San Román, Víctor Mora, Ismael Rodríguez, Oliver Godoy, Gerardo Adame y Antonio Romero. (Corrida de la Oreja de Oro)

domingo, 9 de mayo de 2010

Tal día como hoy: 1992. Ortega Cano y Miguel Armillita tienen tarde triunfal

La corrida del 9 de mayo de 1992 originalmente se anunció con toros de De Santiago para Eloy Cavazos, Ortega Cano y Jorge Gutiérrez. Tanto Cavazos como Gutiérrez sufrieron percances en actuaciones anteriores y durante el transcurso del serial, Guillermo González Martínez se vio en la necesidad de recomponer los carteles, formando una serie de mano a mano para, sin deteriorar la calidad de la feria, mantener el interés en la misma. De allí que en esta fecha, la sustitución la tomara el hijo menor del Maestro de Saltillo y en los términos de la crónica de don Jesús Gómez Medina, a la que doy paso enseguida, se diera una gran tarde de toros:


Jornada memorable la de ayer. Corrida de perfiles históricos, en la que dos toreros - ¡dos grandes toreros! - ungidos con el don del arte, esparcieron generosamente sobre la arena de la Monumental las gemas preciosas de sus privilegiados tesoros e inundaron los tendidos con el cálido efluvio de su torerismo.

¡José Ortega Cano!... ¡Miguel Espinosa 'Armillita'!... Tales fueron los artífices que, a impulsos de la inspiración, en ocasiones transformaron el mezquino percal de su capote en espléndida capa de seda para dibujar con ella los lances de más peregrina belleza; a la vez que convirtieron la rústica condición de su muleta en manto de perfiles regios, con el que plasmaron reiteradamente las suertes de más noble prosapia en el toreo de muleta.

¡Ortega Cano!... ¡Miguel 'Armillita'!... Figuras indiscutibles ambos, adalides del toreo de España y de México.

Dos toreros que, ayer, ascendieron el Himalaya del éxito, mientras dejaban en los afortunados testigos de su proeza el regusto de su toreo de calidad, el recuerdo de los lances de diáfana belleza, la nítida imagen de aquellos muletazos en los que el venido de allende el Océano y el nacido en Aguascalientes, mejor que torear, bordaron el toreo...

Pues ocurrió, en efecto, que el toreo en manos del diestro hispano como del nacido bajo el cielo de México, adquirió tal nivel de calidad y una plasticidad tan exquisita, que a la mente nos vino la definición belmontina: el toreo es un ejercicio del espíritu. Se torea con el alma.

Los brazos son meros intérpretes de la voluntad rectora y el capote y la muleta, ínfimos instrumentos para domeñar y conducir a la bestia.

¡El toreo, ejercicio espiritual!

Por eso, ayer, el arte del toreo, esa vieja disciplina con más de dos siglos de vigencia y que arrancando de los Romeros, 'Costillares' y los ‘Illos’ ha llegado hasta nosotros enriquecida con el aporte de multitud de lidiadores - Paquiro y 'Cúchares' -, 'Lagartijo' y 'Frascuelo', Gaona, Joselito y Belmonte, 'Armillita' y Garza, Silverio, Manolete y Arruza y tantos más, el arte del toreo, decíamos, tan espléndido como no lo hiciera antes en la expirante Feria.

Y lo realizado por el nacido en la Cartagena que fundaran los fenicios en la ribera del Mediterráneo como también lo realizado por el menor de los vástagos del glorioso Maestro de Saltillo, quedará en los anales de la Plaza Monumental como un hito histórico, como punto de referencia: el día en que José Ortega Cano y Miguel 'Armillita' bordaron el toreo...


El balance final del festejo fue que a Cartagenés – así se anunció en la pizarra – cuarto de la tarde, se le premió con el arrastre lento y Miguel le cortó una oreja al cuarto; Ortega Cano otra al quinto y el mal manejo de los aceros privó a los diestros de la obtención de más trofeos en una de las tardes más redondas que se recuerdan en nuestra Plaza Monumental Aguascalientes.

En un comentario posterior a la corrida, recabado por el recordado don Juan Esparza Rodríguez, también para El Sol del Centro, Guillermo González Martínez – entonces empresario de la Monumental – reflexionaba lo siguiente:


La faena de Miguel a “Cartaginés” toro de Santiago, la considero de momento como el broche de diamantes a un trabajo que me dediqué de cuerpo y alma de ofrecerle al público fiesta brava”, así lo comentó ayer el empresario Guillermo González Martínez en el propio estacionamiento de la Plaza de Toros Monumental de Aguascalientes, una vez terminada en forma tan clamorosa la décima segunda corrida del serial…

Memo señaló: no puedo mentir o fanfarronear, los aficionados taurinos de Aguascalientes y la región están debidamente informados que desde el mes de agosto de 1991, empezamos a trabajar en forma entusiasta con los alumnos de la Escuela Taurina Jesús Ramírez Gámez”.

Monté la corrida de la Independencia y acto seguido proseguí con las novilladas, los festejos chicos en la San Marcos no iban a ser demasiados, pero las cosas empezaron a rodar bien y la temporada se alargó demasiado, se encendió mi entusiasmo y ni las aguas de los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado y ni las que cayeron en enero y febrero del 92 nos detuvieron…

No sé y ni me imagino como vayan a rodar el domingo las cosas, espero que se dé todo bien, pero insisto en que Miguel, con su faena al cuarto del festejo rubricó feliz y artísticamente un largo y pesado trabajo de nueve meses…


Así se vio y vivió ese penúltimo festejo de la Feria del 92, año del Quinto Centenario del Descubrimiento de América y que para la historia, resulta ser uno de los más brillantes realizados en la historia de la Plaza Monumental Aguascalientes.

El festejo de hoy: Corrida de la Oreja de Oro, 6 toros de Medina Ibarra para Israel Téllez, Fabián Barba, Víctor Mora, César Delgadillo, Juan Chávez y José Manuel Montes.

Aldeanos