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domingo, 9 de febrero de 2014

¡Qué se vayan! (II)

Rasgarse las vestiduras

En las últimas semanas muchos se rasgan las vestiduras por los acontecimientos previos a la Feria de Sevilla. El más destacado quizás es la proclama del hoy llamado G – 5 en el sentido de que no volverán a poner un pie en la Plaza de Toros de la Maestranza en tanto la actual empresa – Pagés – se siga encargando de su gestión.

La mayoría de sus comentarios se han decantado por señalar que la Feria de Abril hispalense, sin el concurso de esos cinco notables se irá por el despeñadero, que perderá su categoría, que dejará huérfana a la afición y alguno, palabras más o palabras menos, ha dado paso a aquella sentencia pronunciada por Guerrita a la muerte de Gallito: se acabó el toreo, nada menos.

Creo que la realidad es bien diferente. Con un océano de por medio, pero con los libros de la historia en la mano, puedo afirmar que esta no es la primera vez – y tampoco será la última – en la que los más conspicuos miembros del escalafón de matadores de toros dejen de comparecer específicamente a la Feria sevillana.

En cada caso anterior las causas de esas incomparecencias fueron individuales y diversas – nunca el producto de una extorsión colectiva como ahora – y oscilaron entre los desarreglos en materia de dineros y la falta de coincidencia en fechas, alternantes o toros a lidiar, cuestiones que son de todos los días en la organización de festejos taurinos. Debo señalar que en ninguna de estas ocasiones anteriores, hasta donde pude obtener información, se alzaron las voces al tono y con la violencia con que hoy se elevan por la unilateralmente anunciada ausencia de esos cinco diestros.

¿Qué sucedió en esas oportunidades anteriores? Tomo como ejemplo la Feria de Abril de 1989, en la que se quedaron fuera José Mari Manzanares, José Ortega Cano, Roberto Domínguez y Juan Mora, un número similar de figuras a las que en este calendario abdican a comparecer al coso del Arenal.

Ese ciclo se dio con un número de doce festejos, incluido el del añorado lunes de resaca y aunque se otorgaron pocos trofeos – retazos de toro al fin –, Espartaco ratificó su posición de cabeza del escalafón; se recuperó un torero de corte y aroma clásico como José Luis Parada; Manili demostró en las duras que lo del año anterior no había sido casualidad; Julio Robles realizó el toreo eterno, es decir el puro y clásico y Curro Romero y Rafael de Paula dejaron, como cada año, alguna pincelada onírica en el albero de la Maestranza.

Visto así, ni la Feria del 89 resultó un fracaso, ni el toreo se acabó por las ausencias comentadas, ni los maestrantes echaron a Pagés y al año siguiente, los ausentes volvieron cual hijos pródigos a una Feria que, querámoslo o no, da y quita.

Yo, mi, me, conmigo…

El problema de estos tiempos que corren, es que más que pensar en sacar adelante a la Fiesta, cada uno de sus actores piensa en la manera de sacar adelante sus particulares intereses. Hay un discurso permanente en ellos en el sentido de que se debe defender al la fiesta. La pregunta que yo hago ahora es: ¿de quién o de quiénes?

Si los así llamados profesionales actúan desarticuladamente, cada quién tirando por su lado y sin una visión de conjunto hacia una finalidad común, quizá la proclamada defensa debería plantearse hacia el interior, dado que esa actuación descoordinada genera un perverso proceso autodestructivo. En pocas palabras, primero hay que limpiar la casa por dentro, antes de pintar la fachada. Por ello, antes de pensar en defender a la Fiesta de los ataques externos, hay que conseguir una genuina unidad de metas de sus estamentos. Esa es la mejor defensa y la primera que de ella se puede hacer.

Por otra parte, no creo que sea necesario explicar que en los países en los que la Fiesta tiene lugar, se pasa por procesos de crisis económica. En unos está más acentuada que en otros, pero esa crisis golpea y fuerte a todos los sectores de la Fiesta. En situaciones críticas, generalmente se piensa primero en la sobrevivencia y después en el superávit. Esa sería la situación ideal, pero en la actualidad cada parte interesada cree que su parcela es la única que importa y pretende llevarse la mayor parte del producto, sin importarle la suerte de las demás. Allí es cuando surgen los conflictos, como el que me lleva a escribir esto.

La solidaridad profesional – de todos los estamentos – es fundamental en estos tiempos. Ninguno de ellos por sí solo es suficiente para que la Fiesta subsista. Quizás el más maltratado y ninguneado por la crítica situación que hoy se vive es el de los ganaderos y paradójicamente ellos son el eje de todo esto, pues sin toro, no hay Fiesta. Creo entonces que equilibrar pretensiones y adecuarlas a los momentos que se viven, es fundamental.

Nadie debe olvidar que al final de cuentas la destinataria de la Fiesta es la afición, que es la que paga por apreciar un espectáculo y el precio que desembolsa resulta proporcional al costo que tiene su organización. Cuando las pretensiones de uno o de varios de los estamentos involucrados se exageran o se salen de la realidad, aparte de impactar directamente a los otros, se trasladan al precio de las entradas que pagan los probables espectadores. Si a eso se suma la monotonía en la que el toreo se ha sumergido en los últimos tiempos, caeremos en la cuenta de que el único resultado previsible es que la gente se vaya de las plazas.

¿Se quiere defender a la Fiesta? Pues entonces, los estamentos de ella deben caminar en la misma dirección, mirar por los intereses de ella como una sola unidad y evitar siempre atender a los propios como primordiales. No veo otra solución posible.

Al final, la Feria de Abril de Sevilla de este año se va a celebrar sin el concurso de la Versión 2014 de los Fabulosos Hombres G. Seguramente algunos toreros serán sacados del ostracismo y otros jóvenes recibirán una verdadera oportunidad en una Feria de importancia. Algunos de ellos demostrarán que son recuperables y darán variedad a la temporada española que ayer arrancó en Valdemorillo. Además, esto quizás sirva de lección y comience a desbaratar la costumbre de hacer las ferias desde principios de año, para esperar a que vayan surgiendo los triunfadores sorpresa de las primeras ferias para dar variedad y novedad a las siguientes. Al tiempo.

Coda… y con mariachi

Al socaire de todo este culebrón, dos periodistas, uno en España y otro en México – José Antonio del Moral y Leonardo Páez – difundieron la especie de que don Alberto Bailleres había hecho una oferta para quedarse con el manejo de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

El tono de Del Moral fue despectivo y chauvinista y el de Páez, crítico, calificó como rácana la administración que hace de las diez plazas de toros – ocho de su propiedad – que opera en nuestra República a través de Espectáculos Taurinos de México.

La noticia relativa a la oferta resulta a mi parecer un auténtico y malintencionado bulo. Don Alberto Bailleres frisa ya los ochenta años de edad y aunque se mantiene al frente de sus negocios y conserva su afición a los toros, arrancar en estos tiempos una empresa como de de manejar la Plaza de Toros de Sevilla no resulta congruente, ni lógico.

Además del accidente meramente demográfico mencionado antes, veo un obstáculo jurídico que me parece insalvable y es la relación contractual que existe entre la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Empresa Pagés. El Principio General del Derecho contenido en el aforismo pacta sunt servanda implicaría para ambas partes el que ese contrato debe ser cumplido a cabalidad antes de pensar siquiera en celebrar uno nuevo.  En los días en los que se celebró no se hablaba siquiera de cláusulas de confidencialidad como en la actualidad, sin embargo, ambas partes, mediante un pacto de caballeros, han optado por no dar a conocer ni los términos, ni la vigencia del actual contrato, por lo que nadie ajeno a las partes del mismo tiene la certeza del momento en el que sea posible celebrar uno nuevo sin pagar indemnizaciones millonarias por incumplir o rescindir el anterior. Y lo que se diga en contrario es especulación pura y dura.

Por último, considero que en una contratación de esa envergadura, tanto la Maestranza como corporación, como la Empresa Pagés se habrán protegido con una serie de derechos de preferencia y cláusulas de prórroga o cuestiones similares, de modo tal que llegado el contrato a su término, pudieran asegurarse la continuación de la relación por otro plazo largo sin mayores contratiempos. Aclaro que esto es también una especulación de mi parte.

Entonces, lo de don Alberto Bailleres en Sevilla no creo que se de más que en el tendido, disfrutando de los festejos de la feria abrileña, siempre y cuando decida no asistir a los él que ofrece en su Plaza de Toros Monumental Aguascalientes.

domingo, 15 de enero de 2012

La forma es también fondo...


Durante el tránsito de la pasada semana, poco se movieron las aguas en torno a las pretensiones – apegadas a la legalidad, por cierto – de los fabulosos hombres G a propósito de la difusión televisiva de sus actuaciones. La única información con cierta sustancia, fue la generada por la reunión sostenida por Simón Casas, empresario de Valencia, con Javier Folqué, quien se manifiesta como Chief Executive Officer (CEO) de All Sports Media (ASM), la empresa gestora de los derechos audiovisuales de los toreros involucrados en este asunto.

La reunión, según la versión de Casas, le proporcionó datos generales y de concepto sobre el asunto y algunas cifras, pero según su propio dicho, tendrá que hacer cuentas para medir la viabilidad de lo que se le pide y por lo mismo, tendrá que retrasar el anuncio de la Feria de Fallas, previsto originalmente para el viernes 20 de enero, dado que el día 18 tendrá una segunda reunión con ASM para presentar la versión definitiva de lo que está en aptitud de ofrecer.

No obstante, habrá que tomar en cuenta algunas informaciones, producidas también en el entorno de la empresa valenciana y que pueden dejar claro el rumbo que va tomando esto. Un día antes de la reunión de Simón Casas con ASM, Santiago López declaró a una emisora de radio que: 

...la cuerda no podía estirarse más de la cuenta… pase lo que pase habrá feria y si no están las figuras habrá otro tipo de atractivos. A lo mejor se trae otra clase de ganaderías, de las llamadas duras, que también tienen mucha aceptación en el público de Valencia.  

Eso me hace pensar que se tiene dispuesto ya un plan de contingencia para el caso de que no haya entendimiento.

Algunas contradicciones más en este asunto


Facsímil de la nota de prensa de la Unión
de Toreros
del 27 de octubre de 2010
Lo que sigue metiendo ruido a todo esto es lo siguiente, desde mi punto de vista. En el mes de octubre pasado trascendió que la Unión de Toreros estaba en negociaciones con una empresa para cederle los derechos de imagen de los toreros afiliados a ella. Por nota de prensa fechada el 27 de ese mes, la referida Unión negó haber cedido esos derechos y señaló que únicamente se recibió a los representantes de una empresa especializada, sin celebrar contrato alguno con ella.

El 10 de enero de este 2012, otra nota de prensa de la misma Unión de Toreros comunica que pone a disposición de sus afiliados los servicios de ASM para que gestione sus derechos de imagen. Y agregan: 





La novedad y la ambición del proyecto no están exentas de riesgos. Más aún cuando la concentración empresarial del sector taurino puede ejercer presiones sobre los propios matadores. Y, en particular, sobre los toreros que se encuentran en posición menos sólida. Es la razón por la que el proyecto arrancará inicialmente con el compromiso adquirido por las principales figuras del escalafón...

Más no explican la manera en la que cubrirán los derechos de los que están en posición menos sólida, tampoco lo hacen respecto de los derechos de los subalternos y mucho menos acerca de los que indudablemente corresponden a los ganaderos. Más bien da la impresión que las diez cabezas más notables de la Unión de Toreros se escudaron tras el membrete de ésta, para lograr sus particulares propósitos, importándoles un soberano cacahuate la suerte y los derechos de los demás.

Opacidad

Por otra parte, los interesados directamente en el asunto no han salido al foro para explicar sus intenciones más allá de la escueta nota de prensa del 10 de enero y de una comunicación de ASM, del día siguiente, con una retórica semejante a la de la nota de prensa de la Unión de Toreros y con el único añadido del anuncio de la primera reunión con Simón Casas

Fuera de lo anterior, ninguno de los involucrados ha salido a la luz pública a expresar qué es lo que espera de todo esto. Ninguna cifra se ha manejado. Entiendo que los números precisos son cuestión propia de cada uno de ellos, pero existen números gruesos o porcentuales que pueden dar una idea de la viabilidad de las peticiones y de lo que lo que podemos esperar como desenlace los que estamos fuera de esto. No obstante, los principales interesados son los que menos se interesan en dar la cara y son quienes, creo, tendrían el deber de hacerlo.

Facsímil de la nota de prensa de la Unión
de Toreros del 10 de enero de 2012
Total, que cada quien maneja sus números, sus cifras, y su probabilística acerca del desenlace de este culebrón, pero quienes realmente tienen los datos duros para exponerlos y dejar en claro la justeza y la viabilidad de sus pretensiones, prefieren adoptar la conducta del avestruz. Quizás les resulta más cómodo y más fácil. Allá ellos.

Y que no me salgan que al aficionado no le asiste derecho de saber de esto. Todo el que tiene un abono para asistir a una plaza de toros, el que saca sus entradas sueltas o incluso, el que se suscribe a un sistema de televisión de paga para poder ver los festejos por ese medio, tiene derecho de saber el destino de sus dineros. Así de fácil y así de claro. Por eso los que están en medio de esta rebatinga debieran dar la cara y exponer lo que es y lo que esperan que sea y dejar de tratar a la afición como el capitis diminutio de todo este asunto.





El brindis al sol

Cuando la opinión general reaccionó en contra de la forma escogida para reclamar lo que legalmente les corresponde, los fabulosos hombres G de inmediato respondieron con un gesto demagógico. Ofrecieron al ente público Televisión Española (TVE) el torear seis corridas televisadas sin problema de dinero

Lo interesante aquí es que pretenden lavar su imagen pública a sabiendas de que su oferta no puede ser ni aceptada por TVE, ni cumplida por ninguna de las dos partes, dada la normatividad interna de la televisora pública hispana, pues como se recordará, el Manual de Estilo que se impuso alli hace más o menos dos años, califica a los toros como cuestión sensible y por ello, con todas sus letras, establece que no emitirá corridas de toros.

La forma es también fondo

Nadie que tenga al menos dos dedos de frente puede negar que los toreros – y cualquier persona –, tiene derecho a percibir la utilidad de la explotación pública de su imagen fija o en movimiento. Pero tampoco nadie que tenga esa misma extensión frontal podrá negar que es una verdad tan grande como una basílica el refrán aquél que reza en la manera de pedir, está el dar.

No obstante desde dentro se comenzaron a deshonrar las maneras de hacer las cosas que existen desde tiempos cuando menos de Joselito El Gallo, que es el que institucionaliza el concepto de apoderado como hoy lo conocemos en la persona de don Manuel Pineda, al que encarga de llevarle sus asuntos en los despachos, para poder dedicarse él en cuerpo y alma a jugarse la vida delante de los toros.

Nota de prensa de ASM, 11 de enero
de 2012
Con la intrusión que los fabulosos hombres G decretaron a favor de ASM, se produce un ninguneo a la figura del apoderado del torero. Hoy, ese apoderado queda nulificado para llevar los asuntos de esos toreros ante determinadas empresas, puesto que – Simón Casas dixit – no saben cómo conducirse cuando hay tele de por medio en este estado de cosas. ¿Hubiera permitido Camará que le pisaran así sus terrenos? La verdad, no lo creo.

Por otra parte, nadie me quita de la cabeza la idea de que la actitud actual de los fabulosos G es cercana al concepto de la extorsión. Me resulta indudable que en octubre, cuando anunciaron que trataban con una empresa gestora de imagen, ya tenían preparado un esquema para reclamar sus derechos en una forma distinta a la acostumbrada.

La pregunta que me hago y que me lleva a la respuesta contenida en el párrafo anterior, es la que deriva del comunicado del 10 de enero pasado. ¿Por qué hasta esa fecha? ¿Por qué no iniciar las gestiones en ese mismo octubre, o antes? Tal parece que su intención era arrinconar al empresario de la primera feria importante del año y sacudirlo con los dineros, para así tener el camino allanado con los siguientes. El primero sería el difícil, así que entre menos tiempo tuviera para negociar, más tendría que ceder. Definitivamente, la táctica tiene tintes extorsivos.

Decía don Jesús Reyes Heroles, un notable político e historiador mexicano, que en la vida pública, la forma es también fondo. Los toreros son hombres públicos y como tales, creo que están obligados a guardar las formas en su quehacer, tanto en los ruedos, como fuera de ellos y más aún, cuando se trata de cuestiones relacionadas a su ejercicio profesional.

El cuidado de esas formas implica, la oportunidad, la transparencia y la lealtad en el actuar. Nada menos y en este asunto, esas virtudes creo que han brillado por su ausencia, dejándoles mal parados a ellos y dañando – una vez más – la imagen de esta fiesta tan propensa al vilipendio.

Corolario: Cuando las formas están mal llevadas, el fondo necesariamente será negativo también.

Y por último, lo que si me queda claro a mí es que ninguno de esos fabulosos hombres G me vuelve a sacar de mi casa. Seguro.

domingo, 8 de enero de 2012

¡Que se vayan!


Esta imagen se la tomé prestada a Antoñito Díaz
de Hasta el Rabo Todo es Toro

Durante cerca de 25 años me dediqué a enseñar temas de Derecho Civil en la Universidad. Uno de los que me gustaron, fue el relativo al patrimonio no pecuniario de las personas, discutido por muchos, porque las teorías clásicas – y aceptadas por los más – postulan que solamente se puede entender por patrimonio aquello que es valorable en dinero.

No obstante, como lo sostiene nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación a propósito del resarcimiento de los daños morales, desde las últimas etapas del Derecho Romano, se admitió la necesidad de resarcirlos, inspirado en un principio de buena fe, y a partir del principio de que junto a los bienes materiales de la vida, objeto de protección jurídica, existen otros inherentes al individuo mismo, que deben también ser tutelados y protegidos, aun cuando no sean bienes materiales.

De ahí parte la idea de que existe un patrimonio no pecuniario de las personas, mismo que se compone de bienes como lo serían la propia imagen; nuestros afectos; nuestras creencias; nuestros sentimientos; nuestra vida privada; nuestra configuración y aspecto físicos; nuestro decoro; nuestro honor; nuestra reputación o la consideración que de nosotros tienen los demás.

Por esa razón muchas de las legislaciones que tutelan la autoría de obras, por ejemplo, establecen entre otras cuestiones, que el retrato de una persona solo puede ser publicado con su consentimiento expreso o con el consentimiento del titular de los derechos correspondientes. En esta última situación, se comprende el caso cuando a cambio de una remuneración se deje retratar. La imagen puede ser publicada sin permiso, cuando la persona sea parte mínima de un grupo o con motivos exclusivamente informativos o periodísticos.

De allí que los llamados por Antoñito Díaz como jédiez – yo les llamo los fabulosos hombres G –, hayan puesto precio especial a su imagen televisiva a partir del 8 de diciembre pasado, con la razón jurídica de su lado, porque al final de cuentas, es su propia imagen la que se transmite por la televisión y se hayan tirado a los brazos de una compañía llamada All Sports Media para, desde su punto de vista, intentar reivindicar lo que es suyo.

El problema aquí es de lo que los mercadólogos y políticos llaman de timing y que en correcto castellano, es de oportunidad. Los fabulosos hombres G, con El Juli a la cabeza, anuncian que negociarán, al margen de sus apoderados y a despecho de costumbres y contratos previos, sus derechos de imagen para la temporada que iniciará en un par de meses y eso, a contra reloj, tiene tintes de una verdadera extorsión.

Hace una docena de años, en una ya casi olvidada rueda de prensa celebrada en lo que fuera el Hotel Victoria de Madrid, Joselito y José Tomás hicieron un anuncio similar, indicando que contaban también con El Juli en sus filas. Al final de cuentas, solo los dos primeros, a los que apoderaba Enrique Martín Arranz se mantuvieron en sus trece, pues el de Velilla de San Antonio, saltó del barco y un mes después, se anunciaba con tele para Sevilla, pretendiendo negar incluso su participación en el intento de asonada de los otros dos. Y hoy retoma el tema, porque quizás cree que hay algo que en el año 2000, no estaba allí para él. 

Me enoja la incongruencia con la que se manejan además de El Juli, José María Manzanares, Miguel Angel Perera, Cayetano, Alejandro Talavante, El Fandi, Manuel Jesús El Cid, Morante de la Puebla y Enrique Ponce en estos días en los que la fiesta es objeto de toda clase de ataques, de dentro y de fuera. En estos momentos no necesita esto. No necesita que quienes se ufanan de ser sus principales, se valgan de esa condición para extorsionar con ella y obtener algo más de lo mucho que la fiesta les ha dado.

¿Por qué no hacer el mismo planteamiento a la mitad de la temporada anterior y dejarlo sobre la mesa para preparar la siguiente? De allí que insista en que su actitud es extorsiva, casi gángsteril, indigna desde mi punto de vista, de alguien que quiera llevar el estandarte de figura del toreo.

Por eso, mi proposición es: ¡Qué se vayan! Que en el llamado circuito paralelo – Enrique Martín dixit –, encuentro nombres suficientes para ofrecer carteles y ferias interesantes para el aficionado, aunque quizás no para el público clavelero y la prensa rosa

El pasado 2011 actuaron en ruedos de España, Francia y Portugal 212 matadores de toros. De entre ellos, extraigo una relación de los que creo que no están metidos en este lamentable asunto y ya me dirán sí no se puede hacer algo de interés: Iván Fandiño, David Mora, Curro Díaz, Serafín Marín, Morenito de Aranda, Javier Castaño, Rubén Pinar, Víctor Puerto, Rafaelillo, Matías Tejela, Uceda Leal, Juan Mora, Miguel Tendero, Leandro, Diego Urdiales, Salvador Vega, Fernando Robleño, Luis Bolívar, Oliva Soto, Sergio Aguilar, Joselillo, Jairo Miguel, Juan Pablo Sánchez, Eugenio de Mora, Arturo Saldívar, El Fundi, Jiménez Fortes, Diego Silveti, Iván García, Joselito Adame, Ambel Posada, Raúl Velasco, Andrés Palacios, José Luis Moreno, Ángel de la Rosa, Alfonso Romero, Frascuelo, Fermín Spínola, Ignacio Garibay, Mari Paz Vega, El CalifaPaulita, Guillermo Albán, El Zapata, Calita, Arturo Macías y El Payo. Con este personal, a lo mejor resulta que entre los emergentes, los recuperables y la legión extranjera, nos encontramos con que hay muchas cosas nuevas bajo el sol. De los toros no hablo, que los perjudicados dicen tenerlos cuando menos apalabrados.

Insisto en que lo que reclaman los jédiez les pertenece, pero no es lo mismo cobrar una deuda vencida ante un tribunal con todas las de la ley, que mandar un par de matones a cobrarla a como dé lugar. Y desde mi punto de vista, con su pésimo timing, la actitud que asumieron se parece más a la última, que a la primera.

Por eso, ¡Que se vayan!, considero que hay opciones para ofrecer ferias más allá de la dignidad sin ellos y con la expectativa de dar un aire nuevo a esto.

Aldeanos